El sonido producido en una habitación normal se ve algo modificado por las reverberaciones debidas a las paredes y los muebles; por esta razón, un estudio de radio o televisión debe tener un grado de reverberación moderado para conseguir una reproducción natural del sonido. Para lograr las mejores cualidades acústicas, las salas deben diseñarse de forma que reflejen el sonido lo suficiente para proporcionar una calidad natural, sin que introduzcan una reverberación excesiva en ninguna frecuencia, sin que provoquen ecos no naturales en determinadas frecuencias y sin que produzcan interferencias o distorsiones no deseables.
El tiempo que necesita un sonido para disminuir su intensidad original un millón de veces (disminiye 60 dB) se denomina tiempo de reverberación. Un tiempo de reverberación apreciable mejora el afecto acústico, especialmente para la música; en un auditorio, un sonido intenso debe oirse ligerísimamente durante 1 o 2 segundos después de que su fuente haya dejado de emitirlo.
El tiempo de reverberación de un ambiente depende de la absorción de sus elementos; cuando son muy absorbentes, el tiempo es pequeño y se dice que la sala es sorda. Si los elementos son reflectores, el tiempo es muy grande y los sonidos se percibirán entremezclados y confusos; entonces se dice que la sala es resonante.
La reverberación determina la buena acústica de un ambiente. Su eliminación se logra recubriendo las paredes de materiales, como corcho o moqueta, que absorben las ondas sonoras e impiden la reflexión.
Dependiendo del retraso que se produzca en las reflexiones podremos hablar de eco o de reverberación. El eco permitira distinguir entre el sonido directo original y el sonido indirecto reflejado, mientras que la reverberación no. Esta provoca una prolongación de la audición del sonido, producida por las reflexiones que llegan a nuestro oido instantes después del sonido directo original y el sonido indirecto reflejado proveniente de los obstáculos cercanos.
Por tanto la diferencia entre eco y reverberación esta marcada por la diferencia de tiempo que existe entre la percepción del sonido directo y el sonido indirecto. Cuando el sonido indirecto llegue al sistema auditivo antes de 0,1 s desde que fue percibido el sonido que provoca las reflexiones, nos encontraremos ante el fenómeno de reverberación, mientras que si el sonido indirecto reflejado tarda más de 0,1 s se interpreta como un eco por parte del sistema auditivo. Dada que la velocidad del sonido es aproximadamente de 340 m/s, llegaremos a la conclusión de que cualquier pared, fachada u objeto reflectante de grandes dimensiones que se encuentre a mas de 17 metros de la fuente sonora puede ser causa de eco.
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